martes, 16 de febrero de 2010

Empieza la reforma de la nueva escuela secundaria

LA NACION, martes 16 de febrero de 2010 / Por Raquel San Martín

LA META ES REDUCIR EL ABANDONO Y UNIFICAR CONTENIDOS EN TODO EL PAÍS

A poco más de tres años de haber sido declarada obligatoria por ley, a partir de este ciclo lectivo la escuela secundaria entrará en otro período de reformas, que dará marcha atrás con el Polimodal y varios de sus controvertidos cambios, e intentará revertir las deficiencias del nivel educativo más problemático del país. El gobierno nacional difundió ayer las bases pedagógicas y organizativas que deberá tener en todo el país el nivel secundario y que se implementarán de modo gradual en las provincias durante este año y el próximo.

Esta "nueva secundaria" será presentada mañana por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Casa de Gobierno, en un anuncio que llegará mientras la actualidad educativa pasa por las complicadas negociaciones salariales que, una vez más, parecen poner el inicio del ciclo lectivo en peligro.

Los "lineamientos políticos y estratégicos para el nivel medio", que se publicaron en el Boletín Oficial, se proponen terminar con la dispersión de estructuras, títulos, criterios de evaluación y organización escolar en el país, y sobre todo paliar los altos niveles de deserción, abandono y repitencia, calidad dispar, desactualización de contenidos y un estado que los especialistas llaman "pérdida del sentido" de esa escuelapara los alumnos. De hecho, según el documento difundido ayer, la intención es pasar del "carácter selectivo y meritocrático de una escuela que no fue pensada para todos" a "una escuela a la que los estudiantes deseen asistir".

Las reformas en el nivel medio afectarán a los 3,6 millones de chicos que lo cursan en el país, pero pretende además atraer a los 550.000 adolescentes de entre 12 y 17 años que, según estimaciones oficiales, no asisten a la escuela. Para ellos, entre las reformas se incluyen modalidades alternativas de cursada adaptadas a quienes trabajan o tienen hijos, facilidades para rendir materias adeudadas y apoyo extraescolar incluso en vacaciones.

El texto es uno de los tres documentos que contienen los acuerdos trabajosamente alcanzados entre los ministros de Educación de todas las provincias en el ámbito de la cartera educativa nacional, que conduce Alberto Sileoni, durante el año pasado.

"La obligatoriedad del secundario es un desafío ético para todos. Es la primera vez que en el país hay una política universal de acompañamiento tan fuerte para la escuela secundaria" dijo a La Nacion la viceministra de Educación, María Inés Vollmer. "La intención es generar la esperanza de que se puede cambiar la escuela secundaria."

La reforma propone, en líneas generales, acercar la escuela a la vida real de los chicos: promover la presencia continua de tutores, sobre todo en los primeros años; organizar apoyo extraescolar para chicos con dificultades, también durante las vacaciones; facilitar la finalización de la secundaria para los que adeuden materias; organizar modalidades que permitan cursar a alumnos con sobreedad, padres y madres adolescentes, migrantes, adultos y trabajadores; y facilitar "turnos y modalidades de exámenes especiales" para los rezagados.

En ese sentido, se propone también crear "recorridos formativos" que puedan variar la estructura curricular, con materias optativas y cuatrimestrales, formatos diversos de enseñanza "talleres, proyectos, trabajo solidario" y hasta cursadas en "instituciones acreditadas por la escuela".

El regreso del bachillerato
En lo estructural, la idea es abandonar el Polimodal y volver a una secundaria que dará el título de bachiller en cinco o seis años, según cada provincia decida dejar séptimo grado en la primaria o convertirlo en primer año del nivel medio. Ese bachillerato tendrá diez orientaciones posibles. Habrá además un secundario técnico-profesional, uno artístico "ambos de seis o siete años de duración" y uno para adultos.

Se aspira, también, a "revisar integralmente" el sistema de evaluación actual. El texto no avanza en precisiones, sino que afirma que la evaluación debería "establecer pautas de trabajo con los alumnos sobre sus niveles de responsabilidad en el aprendizaje".

La novedad más fuerte, que se lee entre líneas en el documento presentado, pero que confirman varias fuentes, es la intención de adjudicar responsabilidad a las escuelas por su rendimiento. Así, cada escuela debería definir sus problemas, establecer metas para reducir el abandono y el ausentismo en un tiempo determinado, recibir apoyo técnico para lograrlo y, si lo hace, contaría con recursos extras como incentivo. "Es una política más realista. No se trata sólo de enumerar derechos ni de dar plata y creer que con eso se arregla todo, sino de pedir responsabilidades y compromiso a los docentes, directivos padres y alumnos", analizó un especialista en educación.

A esa iniciativa, toda una renovación en la política educativa argentina que otros países ya han probado con éxito? se llegaría con el tiempo. Mientras tanto, el 50% de las escuelas secundarias del país, ya seleccionadas, empezarán este año a elaborar su "plan de mejora institucional". "Cada escuela debe hacer una autoevaluación y ponerse metas posibles para reducir el ausentismo, el abandono y la repitencia. Vamos a financiar tutores y apoyo pedagógico para que lo logren", dijo Vollmer. El resto de las escuelas entrarán en 2011. "Son acciones concretas de apoyo a las escuelas. La intención es financiar reformas para que en el seno de la escuela se produzcan los cambios", dijo Vollmer.

¿Podrán existir estos "premios" monetarios para las mejores escuelas en el mediano plazo? "Si hay una escuela que logra aproximarse a metas posibles y disminuir ausentismo, repitencia y deserción, puede haber incentivos por el trabajo colectivo de una escuela", admitió.

Los cambios deberán contemplar una inversión en infraestructura: se calcula que la secundaria obligatoria demandará la construcción de unas 1000 escuelas en los próximos años.

LOS CAMBIOS
Acuerdos. La reforma busca reducir la dispersión de títulos, criterios de evaluación y estructuras que hay en la escuela secundaria. Se basa en acuerdos ya formalizados con los ministros de Educación provinciales.
Títulos. Habrá una escuela secundaria que dará título de bachiller, con diez orientaciones (ciencias sociales y humanidades; ciencias naturales; economía y administración; lenguas; arte; agro y ambiente; turismo; comunicación; informática; educación física). Durará cinco o seis años. También un secundario técnico y otro artístico.
Fuera del aula. La enseñanza podrá organizarse también con talleres, proyectos, seminarios intensivos, laboratorios y trabajos de campo o solidarios, incluso fuera de la escuela, con la misma validez que las clases. Los planes deberán incluir materias optativas.
Facilidades. Se promoverá la presencia continua de tutores; formatos específicos para alumnos que trabajan o tienen hijos; apoyo paralelo a las clases para los que tienen dificultades, y facilidades para rendir materias adeudadas.
Presencia docente. Se tenderá a que los profesores concentren horarios y funciones en una sola escuela. Además de dictar clase, se incluirán funciones como tutorías y apoyo extraescolar, sobre todo en los primeros años.

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